¿Qué es la tensión interna y cómo se puede combatir el miedo o la inquietud interna?
Falta de sueño constante, demasiado café en la oficina, nervios antes de un examen en la universidad o una conversación importante con el jefe: la inquietud interna, la tensión interminable y el nerviosismo creciente son compañeros demasiado frecuentes en nuestra vida diaria. La inquietud y tensión internas pueden durar mucho tiempo, aparecer de vez en cuando y variar en intensidad según la persona. Las causas de la tensión interna suelen ser bastante inofensivas. Sin embargo, también pueden estar detrás enfermedades psicológicas o físicas.
¿Pero qué posibles síntomas indican inquietud interna?
La tensión interna suele manifestarse en trastornos del sueño. Se permanece despierto mucho tiempo, dando vueltas de un lado a otro, pero sin encontrar descanso. Contar ovejas generalmente no ayuda. La tensión interna permanente mantiene a uno despierto durante horas. Al día siguiente, uno se siente agotado e incómodo. Esto conduce a falta de concentración, irritabilidad, ansiedad y nerviosismo.
La nerviosidad se considera otro signo de inquietud interna persistente. A menudo va acompañada de sudoración, palpitaciones y antojos intensos. La persona se siente bajo presión, está constantemente tensa y la serenidad natural se ha perdido por completo.
Algunas personas logran ocultar su nerviosismo y tensión ante los demás. Sin embargo, es mucho más común que los demás noten la carga interior. A menudo se manifiesta en un comportamiento cambiado. Las personas parecen inquietas, casi intranquilas, el tono y la altura de la voz cambian. Están nerviosas, muy irritables y pierden el equilibrio ante pequeños motivos. El cuerpo envía cada vez más señales para alertar sobre el equilibrio inestable. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, dolores de espalda, dolores de estómago acompañados de diarrea o estreñimiento, arritmias cardíacas, tinnitus y/o dolores de cabeza.
La inquietud, nerviosismo y tensión a menudo tienen causas psicológicas. Aparecen con más frecuencia o especialmente cuando, por ejemplo, se aproxima una situación que representa un desafío personal. Si la tensión interior, el miedo y el estrés son constantes, puede ser un signo de enfermedad. Posibles enfermedades son, por ejemplo, hipoglucemia, presión arterial baja, hipertiroidismo. Pero también la menopausia, la depresión u otros trastornos psicológicos pueden ser desencadenantes de una tensión interior persistente.
¿Qué remedios caseros ayudan a reducir el estrés interior?
Intente evitar bebidas con cafeína y fumar. Beba mucha agua y trate de acostarse más temprano o dormir hasta tarde de vez en cuando. Dedíquese al menos una vez al día tiempo para usted mismo.
Apague su teléfono, computadora y televisor. Prepárese una infusión relajante, escuche música para relajarse y acuéstese en su sofá o cama. Intente escuchar a su cuerpo, cierre los ojos y trate de regular su respiración mediante inhalaciones y exhalaciones controladas y lentas. Intente relajar su cuerpo y dirigir sus pensamientos hacia algo que le calme (un paseo por el bosque, recuerdos de unas vacaciones o el sonido del mar). A menudo también ayuda un baño caliente con valeriana o lavanda y luego acostarse abrigado en la cama. Pero también actividades deportivas regulares como caminar, correr, andar en bicicleta o nadar pueden ayudarle a encontrar un equilibrio, recuperar su estabilidad y liberar la tensión permanente.
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Si los síntomas persisten de forma constante, siempre debe consultar a un médico para descartar posibles enfermedades.