Las mantas terapéuticas ayudan con el síndrome de Asperger y el autismo

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El autismo es un trastorno del desarrollo que puede manifestarse ya en la primera infancia. El síndrome de Asperger se refiere a un tipo de autismo y puede diagnosticarse a partir de los 4 años de edad. Estos niños tienen dificultades para comunicarse con otras personas, generalmente les cuesta reconocer y entender la expresión facial y la intención del otro. A menudo, se centran en unos pocos intereses, lo que puede desarrollarse en una superdotación. Aunque el comportamiento de un niño autista pueda parecer extraño para el mundo exterior, es importante no considerar esta manifestación como una enfermedad, sino ofrecer al niño un entorno adecuado. Dado que en el autismo diagnosticado a menudo aparecen síntomas como trastornos del sueño, hiperactividad, inquietud y agresividad, aquí también puede ayudar una manta con peso.

El peso de la manta actúa sobre los músculos, tendones y articulaciones, de modo que el cuerpo se percibe de manera más intensa y se puede controlar mejor. Esto puede ser especialmente útil en el autismo: muchos desafíos cotidianos parecen fáciles para las personas no autistas, pero son estresantes. La sobrecarga acumulada y el estrés que provoca pueden disminuir mediante una percepción más intensa del cuerpo y fomentar una armonía entre cuerpo y mente.

Responsables de inducir la relajación son la hormona de la felicidad serotonina y la hormona del sueño melatonina, cuya liberación se fomenta al colocar la manta de peso. Los músculos y el sistema nervioso se relajan, se reducen las ansiedades y el cuerpo puede recuperarse más fácilmente de las agresiones y tensiones acumuladas gracias a la disminución del nivel de cortisol (la llamada hormona del estrés). Dormirse es más fácil y el sueño es más tranquilo.

Resumen:

• Síntomas como inquietud y agresividad pueden reducirse con una manta de peso
• El peso libera el cuerpo del estrés acumulado y la sobrecarga en la vida diaria

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