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¿Qué le pasa a tu cuerpo mientras duermes?

Las afirmaciones sobre la pasividad durante el sueño fueron refutadas hace algún tiempo. Cuando nos dormimos, ocurren una variedad de procesos regenerativos en nuestro cuerpo. Nuestras células se renuevan, se producen hormonas de crecimiento y se activan importantes procesos de reparación para el cuerpo. Además, el cerebro comienza a juntar y organizar toda la información recopilada.

¿Qué sucede exactamente con el cuerpo cuando alcanzamos la fase de sueño?

Nos volvemos más bellos por la noche 

La medicina del sueño define cinco etapas del sueño: despierto, quedándose dormido, sueño ligero, sueño profundo y finalmente el sueño REM (movimientos oculares rápidos), por ejemplo, soñar. En conjunto, estas cinco etapas forman un ciclo que dura aproximadamente 90-100 minutos y termina con un breve despertar imperceptible. Luego comienza un nuevo ciclo de sueño. Los adultos pasan por cuatro a seis de estas secuencias durante una noche. En la primera fase, que abarca las primeras cuatro etapas y se llama Non-REM, la temperatura corporal baja, la frecuencia cardíaca se ralentiza, la respiración se regula, el riñón produce menos orina y finalmente los músculos se relajan y destensan. En este momento, normalmente una hora después de quedarse dormido, se alcanza la fase de sueño profundo, donde ocurre la recuperación más efectiva. Numerosos cambios en la piel ocurren en las etapas siguientes. El tejido se vuelve firme y las células atraviesan procesos regenerativos. Se liberan hormonas de crecimiento y cortisol. La primera es responsable de la renovación de la epidermis (capa externa de la piel), mientras que el cortisol inhibe procesos inflamatorios. Después de la primera fase, comenzamos a soñar, nuestra respiración se acelera y nuestra presión arterial aumenta.

El sueño cura heridas

La capacidad del cerebro durante el sueño es también un aspecto interesante de la investigación. Matthew Walker, autor de Why we sleep, compara las actividades del sueño con estados psicóticos. En ese momento vemos cosas que no existen, por lo que son alucinaciones. También tenemos delirios, ya que la percepción del tiempo y el espacio está alterada e irritada. Experimentamos estados emocionales intensos y a menudo no recordamos la mayoría de nuestros sueños, lo que puede equipararse a la inconsciencia. Walker cree que si estos síntomas nos ocurrieran en estado de vigilia, seríamos remitidos a un psiquiatra para un tratamiento adecuado. Afortunadamente, este es un proceso normal de nuestro cerebro que aparece cuando nos recuperamos. Primero, en la etapa REM, se ordena toda la información que hemos procesado recientemente. El cerebro crea un catálogo de recuerdos y los conecta con enlaces de situaciones pasadas que hasta ahora no habíamos percibido. Por esta razón, nos dormimos con un problema y despertamos por la mañana con la cabeza llena de ideas sobre cómo resolverlo. El conocido dicho “duérmelo” parece tener fundamento. Durante el sueño, el cerebro se somete a una terapia: alcanzamos cierta distancia de los problemas y traumas, por lo que a menudo nos sentimos liberados de emociones negativas por la mañana.

Problemas de sueño  

Dependiendo de nuestro estado, necesitamos de cuatro a nueve horas de sueño por día. Normalmente, siete horas de sueño son suficientes para realizar importantes procesos regenerativos y activar nuestro cerebro. Sin embargo, hay personas que, a pesar de un gran cansancio, no pueden alcanzar al menos una fase de recuperación. Se estima que hoy en día la mitad de la población, incluidos los niños, lucha con este problema. Si sufres de insomnio, además de seguir los consejos médicos, deberías considerar si tu subconsciente está pidiendo señales de seguridad. A menudo, el miedo subconsciente, la frustración y una variedad de estímulos afectan el funcionamiento del sistema nervioso al transmitir información sobre el estado al cerebro. Camas adecuadas podrían ser una solución. Según psicólogos y psiquiatras, las mantas acolchadas, cobertores y almohadas con relleno pueden mejorar considerablemente la calidad del sueño. También tienen un efecto calmante y tranquilizador. Especialmente en niños pequeños se han observado cambios visibles en la calidad del sueño con mantas sensoriales.

No olvidemos que el sueño influye en todos los aspectos de nuestra vida y además ofrece soluciones para muchos problemas esenciales. Como resulta, no es el tiempo, sino el sueño lo que cura todas las heridas. ¿Por qué no aprovecharlo correctamente? Al final, solo tienes que... ir a dormir.

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