La manta terapéutica para personas mayores - para un sueño saludable sin pastillas para dormir

Es un mito que los adultos mayores no necesitan mucho sueño. El sueño ayuda a regenerar el cuerpo, fortalece el sistema inmunológico e influye en nuestro bienestar general. Por lo tanto, los adultos mayores deben dormir lo suficiente para sentirse renovados y listos para los desafíos del día siguiente. Pero, ¿existe una manera para que los adultos mayores disfruten de un sueño aún más saludable y prolongado? ¿Y por qué la manta terapéutica es una buena opción para que los adultos mayores logren precisamente eso?

¿Por qué los adultos mayores tienen problemas para dormir?

Existen diversas causas de insomnio. Incluyen dolores crónicos, problemas estomacales, incontinencia o problemas que afectan al sistema nervioso. Sobre todo estos últimos son una causa frecuente de problemas para dormir.

Se debe ser consciente de que el sistema nervioso en los adultos mayores ya está muy debilitado, pero aún está expuesto a estrés, que por ejemplo es causado por alteraciones en la rutina, empeoramiento de las condiciones de salud o falta de independencia. Todo esto influye en la estimulación del sistema nervioso y conduce a trastornos del sueño.

Pero también los problemas de sueño en sí mismos son parte de un círculo vicioso, ya que causan estrés adicional, lo que a su vez hace que conciliar el sueño sea aún más difícil.

La etapa avanzada de la vida también es el momento en que aparecen enfermedades neurológicas críticas: Alzheimer, Parkinson o depresión. Estas también pueden ser causa de trastornos del sueño.

La manta terapéutica - un sueño saludable sin medicamentos

La manta terapéutica, también llamada manta sensorial, no se ve diferente a una manta común. El secreto de esta manta está en su peso. El peso y las dimensiones están perfectamente adaptados al peso y tamaño de la persona que la usa.

La manta terapéutica es una alternativa a las pastillas para dormir y a los estimulantes adictivos. Pero, ¿cómo funciona? A través de la distribución uniforme del peso sobre el cuerpo, o, más precisamente, mediante la presión concentrada que ejerce sobre las distintas partes del cuerpo (músculos, articulaciones, tendones), puede calmarse y relajarse.

La presión de la manta terapéutica contribuye principalmente a la producción de más serotonina, un neurotransmisor monoamínico, lo que puede tener un efecto positivo para quienes padecen depresión, neurosis, autismo o trastornos similares.

Los terapeutas también notaron que quienes duermen bajo la manta ponderada muestran menos movilidad durante el sueño. Con la ayuda de la manta, es más fácil controlar el temblor de las manos u otras partes del cuerpo.

La manta terapéutica también aumenta la sensación de seguridad y reduce la ansiedad durante el sueño. Esto es importante para personas mayores con síndrome de piernas inquietas, Parkinson, trastornos de ansiedad, narcolepsia, depresión y muchas otras afecciones.

¿Cómo se puede reconocer un sueño bueno y saludable?

La calidad del sueño se mide por su duración y el tiempo que se tarda en conciliarlo. Se considera que el sueño adecuado no debe durar menos de 6,5 horas. Esto también aplica para los adultos mayores. No deben renunciar a estas fases de relajación, ya que son tan importantes para el cuerpo como los suplementos alimenticios y medicamentos diarios que muchos ancianos toman. De hecho, dormir lo suficiente es aún más importante que otras formas de terapia, porque ofrece oportunidades para la regeneración natural y el bienestar.

Otra característica importante para un sueño saludable es su continuidad. Las pausas en el sueño son naturales, todos nos despertamos con frecuencia por fracciones de segundo sin darnos cuenta. Sin embargo, es importante que la suma total de estas fases de vigilia no supere los 30 minutos.

Los médicos también prestan atención a si el sueño es tranquilo. Vale la pena preguntar a los miembros de la familia si sus seres queridos roncan o duermen inquietos.

Sin embargo, la mejor prueba sigue siendo el propio bienestar y la energía que deberíamos obtener de un sueño efectivo y saludable.

Artículo invitado por Julia Fischer (2018), terapeuta reconocida oficialmente